miércoles, 25 de febrero de 2009

Afortunado en las papas, desafortunado en el amor

Hoy fue un día especial. Después de tenerme medio abandonado la suerte se acordó que existo y me sonrió de forma un tanto curiosa. Hay tienen que estaba el Gabriel Revelo ‘dizque’ trabajando en la oficina. Cerca de las 11 de la mañana el hambre comenzó a manifestarse: había llegado la hora de desayunar.

Como buenos empleados clase medieros (tirándole a jodidones), tenemos la nada saludable costumbre de que la comida chatarra sea la base de nuestra alimentación. Tras un esfuerzo considerable logramos sonsacar a mi amigo Ángel para que fuera al ‘Súper’ (¿por qué les llaman así?) y nos trajera nuestros sagrados alimentos. Mi pedido consistió en una Coca-Cola en lata fría y unos Doritos Pizzerola.

No habían pasado cinco minutos cuando el buen Ángel me marcó, ya desde la tiendita más cercana, diciéndome que no había Doritos Pizzerola. Le pedí entonces unos Chettos Poffs. Tampoco había. Y ahora, ¿qué frituras comería? Escuché atento la variedad de botanas que sí tenían y me decidí por unos Fritos sabor limón y sal. Al llegar los encargos de papitas y refrescos mi apetito era tanto que ni tardo ni perezoso abrí mi bolsita y empecé a comer. De pronto sentí en el interior un paquete de plástico cuya textura contrastaba con la de los fritos. La saqué y la emoción me embargó: había un billete de veinte pesos perfectamente doblado.


Recordé que Sabritas tiene la promoción de regalar dinero en efectivo dentro de sus productos. Uno suele ir por la vida escuchando sobre dinámicas y sorteos en los que se anuncian premios millonarios, pero que se sienten irremediablemente lejanos y hasta ficticios. Media oficina se dio cuenta de mi fortuna pues me fue imposible dejar de sonreír y actuar efusivamente. Ya que más o menos había superado el trauma de haber sido el ganador de veinte pesos seguí comiendo y la sorpresa volvió corregida y aumentada cuando otro paquetito de plástico hizo su aparición dentro de mis Fritos. Otro billete de veinte pesos en la misma bolsita de frituras. ¿Qué había hecho para merecer algo así?


En menos de cinco minutos gané 40 pesos. Un promedio de ingreso mucho más alto del que ganaría trabajando en el mismo tiempo. Si bien no es una millonada, esos dos billetes regalados nadie los despreciaría. Podría comprarme cualquier cosa y dejar el asunto como una mera anécdota, pero prefiero invertir el dinero en algo especial. Puede que sea una hipótesis media tonta y sin fundamento alguno, pero algo me dice que la suerte llama suerte. Esos dos billetes, creo yo, de alguna manera deben de estar cargados de algo especial y obviamente no los voy a gastar en la primera chuchería que viera.

¿En qué debo gastar esos 40 pesos mágicos? He pensado varias opciones:

- Comprar un billete de lotería. Quién quita y me vuelvo un magnate seductor.
- Gastar en más frituras con la intención de triplicar mi fortuna (y mi estomago).
- Cambiarlos por unos frijoles mágicos que en la noche germinen y me lleven hasta el castillo de un gigante.
- Comprarme un yoyo, volverme un maestro experto y recorrer el mundo dando demostraciones.

¿Alguna otra sugerencia?
Por lo pronto los billetes siguen envueltos. La fortuna está de mi lado.

10 comentarios:

soleil dijo...

FELICITACIONES! cuando la suerte llama, pues llama!!!

no se cuanto valen 40 pesos, pero creo q se podria hacer lo sgte:

1 comprar otras papitas con 20

2 comprar un ticket d la loto con el otro 20


es lo q recomendaria...dividir la suerte y ver x donde gana...

Anónimo dijo...

DONARLOS A LA CARIDAD!!!... EXPERIMENTA QUE SENTIMIENTO TE DEJARIA ESTE SENTIMIENTO..

drneon dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
drneon dijo...

Lo que esperan ellos, los de Sabritas-Pepsi co., es que te gastes tus 40 varos en más productos esperando obtener más lana... o sea, que les regreses lo que te dieron, como me han dicho que hacen en esos lugares de apuesta scomo el Yak para que te claves jugando.

Yo diría que te los gastes en un libro, o en algo que tenga una resistencia un poco mayor al tiempo y que te ayude a recordar tu buena fortuna.

¿Sabes qué estaría bueno? Escribir una historia que inicie con esa anécdota, algo así: "Ésta historia comenzó con dos billetes de $20 que encontré en una bolsa de papitas".

Como dice mi amigo el escritor Rogelio Garza: "ahí tienes una historia que contar".

Y ahora que estás de suerte, aprovéchala.., la buena estrella suele estar poco tiempo a nuestro lado.

Felicidades!

Jessie dijo...

Buenas Gabrielito, pues yo elegiría lo segundo, comprar más sabritas y conseguir más billetes de 20 pesos, con eso podés dejar tu trabajo que por lo que decís no te da lo suficiente como para vivir, tal vez no como un rey, pero de forma decente.

Pues cuál es tu trabajo? qué es lo que tenés que hacer? cuánto ganás por tener que aburrirte ó desesperarte con tu trabajo?

Es curioso, acá también también hay papas, pero no se llaman sabritas, acá se llaman frito lay, pero es lo mismo, el mismo logo, la misma variedad y el mismo efecto chatarra en nuestro cuerpo, mirá, yo sólo como frito lay, pero muy ocasionalmente, yo prácticamente vivo de ensaladas y latas de atún en agua.

Probá con eso que como yo, pero cuando tus sabritas dejen la promoción de regalar billetes.

Ah! y por cierto, me gusta la foto de tu profile donde salís con tu pollo de peluche. Quería decirte desde la primera vez que vine acá, pero se me había olvidado, ups!

Te saludo y me despido

Atentamente:
Jessie, la princesa flaca

Mariel Ramírez Barrios dijo...

SI NO FUERA QUE VAS A PONERTE HORRIBLE Y ANDARÀS RODANDO DE GORDO POR LA VIDA
YO LO GASTARÌA TODO EN MÀS FRITANGA.
TE ABRAZO,AHORA ,MIENTRAS PUEDA.
JEJE

gabriel revelo dijo...

soleil: son como 3 dólares... no creas que es tanto, sobre todo en tiempos de devaluación. gracias, creo que lo mejor es divir la suerte y ver por dónde cae.

iris: para la caridad creo que es muy poco... aunque bien podría regalarselo a alguien que lo necesitase.

doc neón: claro, a la suerte hay que cuidarla, consentirla y tratar de tenerla. lo de la historia y lo de comprar un libro me parece genial. quizá esa sea la verdadera suerte: tener algo que contar. saludos, como siempre.

jessie: gracias por lo de la foto... en realidad no es un pollo, sino el Gavilán Pollero de las caricaturas de Looney Toones. No compraré más papitas, al menos no con ese dinero je je... ya basta de comida chatarra. en cuanto a mi trabajo, pues mejor no te aburro contandote de él, pues le quita cierto misticismo al blog je je (que dicho sea de paso, me interesa más que el mismo trabajo). gracias flaca.

mariel: ja ja, ya me hiciste sentir panzón y gordo. pero no comeré más papás, bueno, a veces. mejor me lo gasto en otra cosa. saludos hasta argentina.

Anónimo dijo...

Lástima que no como papas, jajaja. Cuando soy pesimista no creo en la suerte, aunque a veces creo que, como la fe, tiene sus pros en la vida de la gente. A ti te dejó varias sonrisas y 40 pesos. No tengo idea en qué gastaría el dinero. Mi afán práctico seguro los gastaría en boletos del metro u otra necesidad cotidiana. Ojalá encuentes una manera mejor de disfrutar ese dinero. Saludos.

gabriel revelo dijo...

topo: terminé gastandolos en la feria del libro.. entre entradas y gastos de transporte. y la verdad no me arrepiento je je. saludos topo.

Anónimo dijo...

jajajaja muy divertido el blog... buena historia.