martes, 8 de marzo de 2011

Foursquare


Cuando uno se vuelve medio adicto de las redes sociales, sabe que jamás podrá estar al día con las nuevas propuestas que cada segundo surgen y revolucionan una, y otra, y otra, y otra vez al mundo del internet. Mi reacción ante la modernidad siempre es el siguiente: primero lo crítico, luego me da curiosidad, lo pruebo con ciertas precauciones y casi siempre, acabo esclavizado a las modas. Así me pasó con Messenger, Hi5, Blogger, My Space, You Tube, Facebook, Twitter y Formspring; y ahora, vivo el mismo proceso con Foursquare, que va que vuela para convertirse en mi nuevo vicio.

Ya lo sé. Foursquare no es nuevo, desde hace un buen tiempo esta red social ya se ha posesionado como una de las favoritas en la web. Desde hace meses veía como paulatinamente algunos conocidos iban integrándose a una especie de geolocalizador al cual no le veía el chiste. Después, mi twitter comenzó a llenarse de leyendas como “I’m at... (el nombre del lugar en el que dicha persona se encuentra, y luego un link con la ubicación exacta en un mapa)”. Tantos tweets similares comenzaron a ponerme de malas. ¿Qué chiste tiene el estarle diciendo al mundo en qué lugar está uno? ¿No se supone que para eso ya existía Twitter?

Pero la curiosidad estaba ahí. No podía ser que algo tan simple, como el declarar nuestra ubicación, ganara tantos partidarios. Comencé a buscar información y a preguntarle a varios usuarios sobre el encanto de Foursquare. La verdad, sólo me hicieron más bolas. Por eso, y para salir de dudas, una tarde de ocio abrí mi cuenta y paulatinamente fui agarrándole la onda a éste nuevo artefacto del diablo. Sin declararme un experto, pues todavía hay un montón de cosas que no entiendo, ya puedo decirles más o menos cómo es esta red social.

Cuando uno se da de alta en Foursquare, lo primero que puede hacer es comenzar a dar ‘check in’ en los lugares en los que uno se encuentre. Es como tocar base. Gracias a los sistemas de geolocalización que tienen la mayoría de los Smartphones, podemos revisar todos los puntos cercanos que se han dado de alta a nuestro alrededor. Desde parques, restaurantes, tiendas, cines, avenidas, estaciones de metro, museos, etc. Además, se pueden dejar tips en cada uno de estas paradas, y es precisamente esta la mayor utilidad que le encuentro al Foursquare. El checar la opinión de los propios usuarios. Incluso, ciertos negocios otorgan ofertas y descuentos a usuarios que frecuentemente hacen ‘Check in’ en sus establecimientos.

Foursquare además ofrece diversión. Los usuarios, tal cual se tratara de Boy Scouts cibernéticos, van ganando ‘badges’, que no son otra cosa que insignias que se obtienen gracias a la cantidad y tipos de nuestros ‘Check ins’. Para los fiesteros, los que visitan muchos lugares diferentes, quienes trasnochan, los cinéfilos, etc. Podemos, además, volvernos ‘Alcaldes’ de aquellos destinos en los que seamos los usuarios con mayor número de ‘check ins’ a lo largo de un determinado período de tiempo. Esto último genera interesantes disputas de territorio. Ahora mismo, su servidor intenta recuperar un parque que uno de sus amigos le arrebató (o mejor dicho, recuperó, porque originalmente era suyo), con lo cual me obligo a ir lo más seguido posible para no dejar que aumente mi desventaja. Mi desgracia es precisamente esa. Que muchas veces voy a determinados lugares sólo por hacer ‘check ins’ y ganar ‘badges’. Incluso mi idiotez ha llegado a tanto, que he llegado a salirme de un Oxxo en el que ya estuve y buscado otro, sólo para aumentar mi ranking de visita a nuevos lugares nuevos.

La verdad es entretenido esto del Foursquare. Uno puede enlazar sus ‘chek ins’ a sus cuentas de Facebook y Twitter y así hace llegar a más contactos su ubicación, propiciando una interacción interesante, pues seamos honestos, la curiosidad es el motor de estas redes sociales, y el saber dónde o qué están haciendo nuestros amigos la mayoría de las veces resulta seductor. Lo malo, es que a veces por diversión se nos olvida que el ser tan específico con ciertas ubicaciones puede ser peligroso. No debería ser así, pero por el momento en el que vivimos no estaría de más tener ciertas precauciones y reservarnos de dar ciertos ‘chek ins’ o mandarlos hasta que estemos a punto de movernos de ese sitio. En mi caso nunca he dado de alta mi casa, he intento sólo dejar mi rastro en lugares llenos de gente, comunes y en los que sea fácil desplazarme hacia otros sitios.

En conclusión, Foursquare no es la octava maravilla, ni será mi favorita, pero si se trata de una red social para pasar el tiempo y sobre todo, un interesante e inmenso catalogo de lugares y tips para conocer mejor los lugares que visitamos. Su uso correcto, es nuestra responsabilidad. Con su permiso, voy a intentar recuperar mi parque.

Pd. Sigo sin saber cómo dar de alta lugares. Cuando lo hago desde mi BlackBerry, la ubicación siempre queda incorrecta, lejísimos. Si alguien sabe de qué forma hacerlo correctamente, les agradecería me pasaran el dato.

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