jueves, 13 de octubre de 2011

La fiesta de América, en México. Guadalajara 2011 (tan lejos y tan cerca)

Por azares del destino, escribo éste post en la Universidad Anáhuac, Campus Sur. Sentado en una mesa del área de alimentos, con la mirada puesta en el teclado de mi BlackBerry. A mi alrededor van y vienen los estudiantes universitarios. Aunque soy mayor que la inmensa mayoría de los presentes, estoy seguro de pasar inadvertido entre ellos. Escucho de todo, risas, pláticas sobre economía y política, debates sobre las mejores clases y hasta historias amorosas. Se habla de todo, menos de lo que al menos a mi éste día me tiene ilusionado.

Resulta paradójico que bajo éste cielo nubladísimo y el frío intenso que asola esta parte de la Ciudad de México, nadie repare en lo que está por pasar en unas horas. A cientos de kilómetros del DF el ambiente debe ser muy diferente. Un ambiente colorido, los nervios y las ansias de que empiecen ya las próximas dos semanas en dónde México será el centro de atención del continente. Comienza a llover justo cuando me digo que me encantaría estar ahí, justo en el epicentro de la acción. Ahí dónde nacerán leyendas y se gestarán hazañas épicas. Ahí, en Guadalajara, sede de los Juegos Panamericanos 2011.



En parte le doy vida a éste texto para curarme la envidia que me provocan quienes están en la sede panamericana. Ya sea deportistas, espectadores o medios de comunicación. Esa adrenalina a menos de 24 horas del inicio de la ceremonia de inauguración de un evento de esta magnitud pocas veces se puede sentir. Si yo estoy emocionado, por más que el entorno parezca no estar ni enterado del fiestón que tendrá lugar en nuestro país, no quiero ni imaginar lo que sentirá cada uno de los atletas que están por entrar en competencia, cargando el orgullo y peso del país a sus espaldas.

Siempre he sido un apasionado de los grandes eventos deportivos, máxime si nuestro país es la sede. Aun no nacía cuando México DF fue sede de los Juegos Olímpicos de 1968, ni tampoco cuando se organizó el Mundial de Futbol de 1970. Tenía 4 años cuando de nuevo tuvimos otro Mundial en casa, en 1986. Por eso mi desesperación ahora que se avecinan unos Juegos Panamericanos y no estaré ahí.

El año pasado fui dos veces a Guadalajara Quedé prendido de ella. Supongo que ahora debe estar aun más hermosa. La Perla Tapatía será visitada por un gran número de turistas de todo el mundo, y contemplada por millones de televidentes. Sé que encantará a más de uno y que como siempre hacemos en México, recibiremos a nuestros hermanos de América con ese calor y hospitalidad que se nos escapa del cuerpo. Atrás quedará Vázquez Raña y su prepotencia, la politiquería que amenazan la logística de Guadalajara 2011 y la desorganización. El milagro mexicano de encontrar un orden dentro del desorden volverá a suceder.

Cae la noche en la Ciudad de México. Súbitamente sonrío. Esta gran festividad no sólo es para Guadalajara. Es la forma en la que México le dice al mundo que estamos de pie y más vivos que nunca. A pesar de nuestros problemas es mucho más lo que tenemos que ofrecerles. Con los brazos abiertos les damos la bienvenida a nuestros hermanos de toda América.

¡Qué comiencen los Juegos!

Termino el post. Tomo la botella de agua y a la distancia brindo por Guadalajara 2011. Ya me saboreo lo que está por comenzar.

Universidad Anáhuac del Sur
Octubre 13 de 2011

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