jueves, 8 de marzo de 2012

Recuerdos del ayer

Parte de la razón de ser de este blog es el documentar, en pequeña o gran medida, las historias de mi pasado que han ido conformando mi presente. Generalmente las personas guardan muy dentro de su mente aquellos recuerdos que más les han marcado. Aquellos que pocas veces se cuentan, y que al momento de evocarlos vienen a nosotros acompañados de sensaciones y aromas que hacen de la ‘sensación de recordar’ algo mucho más intenso, tanto que sólo basta pensar en esos instantes para volver a vivirlos con la misma fuerza.

Si en ocasiones en este espacio escribo historias de mi vida, no es por pretensión ni un afán de protagonismo, sino porque necesito hacerlo. Necesito contar las cosas que me han sucedido, en parte para desahogarme, y en parte para evitar malas pasadas de mi mente. Odiaría que algún momento significativo de mi vida fuera desvaneciéndose a causa del tiempo.

Padezco ese afán de recordar y mirar mucho hacia mis ayeres. A veces se hace intencionalmente, otras veces el pasado vuelve cuando menos lo esperamos para aclararnos la vida y decirnos por dónde caminar. De eso se trata la película de la que estoy por hablarles.

Hace poco más de un año vi la película de anime El secreto de la sirenita (Ponyo en el acantilado). Desde entonces quedé fascinado con las cintas realizadas por Estudio Ghibli, considerado como uno de los mejores del mundo. Poco a poco he ido viendo algunas de estas cintas y siempre termino sorprendido.

Hace unos días vi ‘Recuerdos del Ayer’ una de las obras más antiguas de Ghibli y quedé más que sorprendido. No exagero al decir que esta película jugó con mis sentimientos y emociones durante las dos horas que dura. Destruyó y rehízo mi corazón varias veces. Me hizo sentir pena, nostalgia, tristeza y melancolía. Me enamoró. Me recordó cosas de mi propia vida y sobre todo, me hizo tener un dialogo con el niño que yo solía ser en la primaria. 'Recuerdos del ayer” a fin de cuentas podría ser mi historia, o la del que lee este texto.

Si alguna vez han visto una o más películas de Estudio Ghibli, sabrán que estas amalgaman de forma excepcional la fantasía y ciencia ficción, con historias llenas de ingenio y simbolismos. En cierta forma, ‘Recuerdos del ayer’ es muy diferente al resto de las otras cintas. Para empezar está ambientada en un mundo real y de ahí nunca se sale. No está orientada al público infantil pues a estos podría parecerles aburrida. Carece de escenas de acción o poderes mágicos, pero conserva ese simbolismo que hace que después de ver estos animes muchos diálogos y escenas se mantengan dando vueltas en la cabeza del espectador atando cabos.

Dirigida y escrita por Isao Takahata, y producida por Hayao Miyazaki, ‘Recuerdos del ayer’ nos cuenta una historia en dos tiempos. En el presente, Taeko es una mujer cercana a los treinta años. Aun no se casa, es más, ni siquiera tiene algún prospecto para hacerlo, y debe soportar las presiones y exigencias de sus parientes quienes quisieran verla formar una familia. Su trabajo no le apasiona, pero tampoco le desagrada. En cierta forma, quisiera cambiar el rumbo su vida pero no sabe cómo ni hacia dónde. Un día decide tomar vacaciones y sale de Tokio para dirigirse al pueblo de su cuñada para ayudarla una temporada a levantar las cosechas. Ese viaje al campo le cambiará la vida desde que sube al tren, donde por medio de recuerdos comenzará a evocar algunos pasajes de su estancia en el quinto grado de primaria.

La segunda línea narrativa se desarrolla justo en el pasado que estos recuerdos van reviviendo en la protagonista. Así, el pasado de su quinto año de primaria y la niña que Taeko solía ser se le hacen presentes una y otra vez.



Y ya no les cuento más, pues esta película merece ser vista por primera vez sin más señales de lo que podría pasar. Simplemente me limitaré a decir que los últimos 20 minutos son de una belleza y emotividad que a cualquiera le conmoverían. El resto de la cinta no es menos interesante. A lo largo de los 120 minutos uno tiene la sensación de no estar viendo un anime, sino de estar leyendo una buena obra literaria. Con un balance perfecto entre imágenes, diálogos que le dan una madurez muy especial a la historia.

Por momentos incluso tuve la impresión de ver una historia escrita por Haruki Murakami tipo
Tokyo Blues.

A pesar de que la película fue estrenada en 1991, la plasticidad de las escenas de Tokio y el campo japonés está muy bien lograda. Debido al éxito de la película, varios escenarios como la estación de trenes de Takase, el volcán Zao y varios paisajes de Yamagata (donde Taeko viaja en sus vacaciones) se conservaron intactos desde entonces a la fecha. También los rasgos y movimientos de los personajes (sobre todo en la parte correspondiente al presente) son notables. Según he leído, esta película retrasó un año su lanzamiento debido al énfasis que se puso en los detalles.

Quizá sea porque tengo corazón de pollo, porque soy un romántico y cursi empedernido de lo peor, o porque al igual que la protagonista estoy cercano a los treinta, pero ‘Recuerdos del ayer’ me asestó un golpe emocional del que no me puedo reponer. Probablemente a todos mis contemporáneos les pase igual, por lo que es a este público semi treintañero al que le recomiendo esta película ampliamente.

Búsquenla y véanla, es una joya. Mi novia y yo acabamos de comprarla en un MixUp. No se arrepentirán.





No hay comentarios.: