miércoles, 5 de septiembre de 2012

Rodeado de la chaviza, me sentí viejo en el concierto de Panda



Si en el concierto de Emmanuel me sentí extremadamente joven en medio de tantos ñores, en este me pasó todo lo contrario.

Sucede que a mi amiga Rosalía y a mi nos gusta la música del grupo Panda. Sí, ya sé que es un grupo pa' la juventud y que ya estamos grande para oír esas cosas, pero qué quieren, los gustos musicales son como el amor: a veces uno no los entiende.

No crean que los seguimos por moda. De hecho ya llevamos como 5 años o más al pendiente de lo que hace este grupo de rock. Sí, ya sé que para muchos la música de Panda no es rock, que ya se volvieron comerciales, que son chafas y de más. Me vale, para mi sus canciones están bien suaves, y como es mi blog hablo de lo que yo quiera.

Pues sucede que Panda dio un concierto el pasado domingo en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México. Meses atrás compramos nuestros boletos. De hecho, esta sería la segunda vez que los veríamos en vivo. La primera fue en noviembre del 2009, en el mismo lugar. Aquella vez estuvimos en primera fila y la verdad la pasamos muy bien. El recital se me hizo bastante completo y en general salí bastante satisfecho. Aunque la verdad, me sentí un poco fuera de lugar al estar rodeado de un público que en su inmensa mayoría era más joven que yo.

Este domingo, llegamos cuando faltaba un poco más de media hora para que iniciara el espectáculo. Cosa curiosa, el estacionamiento estaba casi vacío, y es que por su edad, muchos de los asistentes aun no están en edad de manejar o los pasaron a dejar sus papás.  Contrario a lo que ocurre en otros eventos celebrados en el mismo recinto, en cuanto los fans de Panda llegaban inmediatamente ingresaban al auditorio. No se quedaban a platicar en el lobby, ni tomaban ninguna bebida. Algo a mis ojos un tanto incomprensible, pues los asientos en el Auditorio Nacional están numerados. En fin, nosotros preferimos no correr prisas. Rosalía pidió una cerveza (estaba un poco cruda) y el autor de este blog una Coca Cola en lata. La verdad, el poder comprar alcohol sin que nos pidieran nuestra credencial de elector nos hizo sentir superiores.

Nos sentamos en una mesa a degustar nuestra bebidas y estuvimos charlando un buen rato, viendo cómo los espectadores pasaban corriendo 'porque ya iba a empezar el concierto'. Nosotros, viejos lobos de mar en este tipo de eventos, sabíamos que los conciertos de Panda generalmente los abre una banda invitada, por eso los anuncios de 'tercera llamada' de los altavoces no nos inquietaron.

Vean que relajados estábamos (Rosalía traía unas orejas de oso panda que prenden en la oscuridad pa' sentirse más juvenil). Atrás de nosotros, los ‘chavos’ ingresan apresuradamente y con emoción:


Cuando decidimos entrar y fuimos llevados hasta nuestros asientos, descubrimos que en realidad habíamos elegido unos buenos lugares. En la zona de balcón, a un costado del escenario que se veía relativamente cerca. Fue cuando nos percatamos de nuestra realidad. Y es que mi amiga y yo, nos vimos en medio de muchos adolescentes, pubertos e incluso hasta uno que otro niño. Dada nuestra edad, calculé que sin problema varios de los presentes podrían ser nuestros hijos.

Entonces reparé en mi vestimenta: camisa de vestir abotonada. La juventud que me rodeaba vestía playeras negras alusivas al grupo. Algunos traían gorros en forma de osos panda, o el logo del grupo pintado en la mejilla o vestían de forma rockera y contrastaría.

Cuando el grupo invitado o alguno de los técnicos del auditorio entraba en el auditorio la chaviza se deshacía en ovaciones y gritos. Lo mismo si prendían o apagaban alguna luz, u ocurría algún indicio de que el show estaba por comenzar. Rosalía también se percato de que la diferencia de edad entre nosotros y el público era notable. Incluso hicimos varias bromas al respecto en lo que iniciaba el concierto.

Cuando Panda finalmente pisó el escenario todo fue histeria. La juventud saltando, la juventud gritando, la juventud cantando, la juventud de pie desde ese momento y hasta que terminó el concierto. En cambio, Rosalía y yo, que formábamos parte de 'la gente grande' comentábamos entre canciones que el concierto se vería mejor si todos estuvieran sentados. Es más, en un par de ocasiones hasta preferimos ocupar nuestras butacas y escuchar, en lugar de seguir de pie.  Ese no fue el único detallito que impedía nuestro disfrute. Y es que unos extraños aromas llegaban hasta nosotros. Sudor, alguien que se estaba echando puns, y otros olores feos nos atormentaban constantemente.

En algún momento el concierto fue interrumpido, pues personal de seguridad quería quitarle una manta a unos jóvenes del primer piso. Mi amiga y yo comentábamos divertidos el asunto e incluso nos burlábamos, entonces una gordita que teníamos a lado nos dijo muy preocupada que ella era de ese club de fans, y que ojalá no les quitaran el trapo ese. Hasta pena nos dio, pero por ella, hagan de cuenta que se le iba la vida.

La verdad el concierto estuvo bueno. Tocaron las canciones que queríamos escuchar y por momentos nos emocionamos. Hay que reconocer que Panda tiene sus buenos momentos en el escenario y es capaz de prender hasta a los señores como nosotros. Para mi gusto quizá debió haber durado un poco más, pero aun así valió la pena.

Mientras salíamos vimos a varios papás dirigirse al exterior en compañía de sus hijos. Al parecer no éramos las únicas ‘personas grandes’ en el auditorio. Otros padres de familia esperaban a sus pequeñines en la parte de afuera.  

Subimos al auto y nos retiramos a descansar porque 'ya no estamos para estos trotes'.

- Yo creo que este fue nuestro último concierto de Panda. Me dijo Rosalía.

- No sé, no sé. Respondí.

De esta experiencia me queda claro que ya estoy viejo, y que en cierta forma me gusta más mi forma de ser en la actualidad. Aunque eso sí, envidié un poco la emoción que tenían muchos de los asistentes. ¡Quien fuera adolescente para vivir así la vida, viendo en todo algo nuevo y excitante!

Por cierto, esta fue mi canción favorita de la noche (bueno, tardeada, porque el concierto fue a las 5pm):
  

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