miércoles, 26 de diciembre de 2012

Ángel y Katy


No recuerdo a bien cuándo fue que conocí a Ángel. Mucho menos cuando comencé a hablarle, a llevarme con él, y de la nada se volvió mi mejor amigo. Supongo que estos aspectos de la vida se van dando de forma tan natural, que cuando uno se da cuenta ya ocurrieron.

Esto sucedió alrededor del año 2001. Desde entonces, Ángel ha estado presente en los momentos más importantes de mi vida. Me ha visto reír, llorar y enojarme. Ha estado en las buenas, en las mejores, y en las peores. Por eso, me parece mentira que una década después esté escribiendo estás palabras para hablar de su boda por el civil.

Así es, en unos días mi amigo Ángel contraerá matrimonio con Katy, una chica a la que conocí hace unas semanas, tiempo más que suficiente para convencerme de que es una buena mujer y adecuada para él. Para quien escribe estás líneas, es todo un honor ser considerado como uno de los testigos de los novios que el próximo 31 de diciembre iniciarán la más grande aventura de sus vidas.

La historia de Ángel y Katy parece de película, pero es aun mejor. Les tomó sólo un par de días conocerse y decidir que querían estar juntos toda la vida. El destino se las ingenió para que ambos se hallaran en el instante correcto y una simple casualidad se convirtiera en el más fortuito de los encuentros.

Por ahora, me encuentro comprando traje, camisa y demás artilugios para verme presentable ese día. Por unas horas dejaré mi desfachatez acostumbrada para estar a la altura de las circunstancias. ¿Qué le va uno a hacer? Estos eventos se dan pocas veces. Si para él es un momento importante, para mí también lo es, y  será un honor estar al lado de ambos el próximo lunes.

Mi amigo, mi hermano, y uno de los hombres más maravillosos del mundo, sólo me queda decirle que mi cariño por él es más grande que el mismo universo.  

A menudo les he comentado que suelo dividir mi vida en temporadas, como si se tratara de una serie televisiva de comedia. En este caso, considero la boda de Ángel como si fuera un final de temporada. Y es que no sólo es la primera vez que se casa uno de mis amigos cercanos, sino que también ocurre en el último día del año y como es costumbre en fechas así, muchos ciclos se abren y cierran.

Este año he ido aprendiendo que la vida cambia. Que todo está en continuo movimiento y que tarde o temprano, la vida nos mueve por más resistencia que pongamos y reacomoda todo de manera perfecta.

Este es el último post de este 2012, pero ya les estaré contando cómo estuvo la boda.  Seguramente el 2013 me traerá más aventuras, más alegrías y también algunas tristezas y angustias, lo cual narraré aquí mismo, pues al fin y al cabo así es la vida y me gusta dejar registro de ella.

Nos leemos en el 2013, o antes, si ocurre algo muy importante. Gracias por leerme.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy feliz termino de 2012 en la boda de tu amigo y super feliz inicio de 2013... gracias a ti!!!
Angelica

gabriel revelo dijo...

Muchas gracias por siempre estar Angelica... que para ti el 2013 sea extraordinario. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Eres un pendejo gay