lunes, 17 de marzo de 2014

La invención del amor


Desde que me topé con ella, lo primero que me llamó la atención fue el título. Después, en la última edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara tuve la oportunidad de asistir a la presentación que el autor hizo de esta novela. Tanto escuché de este libro que me prometí leer el libro. Un par de meses después lo cumplí. 

La invención del amor, es la novela con la que el escritor español José Ovejero ganó el Premio Alfaguara de Novela 2013. La historia de este libro es simple aunque muy original: Una noche, Samuel recibe una llamada en la que le avisan que Clara, su amante, acaba de fallecer en un accidente automovilístico; lo curioso es que Samuel no conocía a ninguna Clara. Movido por la curiosidad asiste al funeral y es ahí donde comienza esta peculiar historia de amor ausente. 

Así, Samuel conoce a Carina, hermana mayor de Clara y con quién realiza un extraño pacto: ambos se contarán las vivencias que tuvieron con Clara, a fin de conocerla mejor. Obviamente, Samuel comienza a inventarse una historia de amor que jamás sucedió y a formarse una idea con la narración de Carina. Así, sin tenerlo planeado cae enamorado de una mujer a la que jamás conoció. 

Bajo esa premisa se desarrolla esta novela, en la que el lenguaje juega un papel predominante, tanto en el sentido narrativo como lírico. Las páginas de La Invención del Amor tienen un ritmo muy característico y bien logrado, aunque no se quiera se lee con acento ibérico y la misma cadencia de las palabras nos va guiando por distintas emociones, no sólo de los personajes sino también del entorno. 

Y es que esta novela transpira ambiente citadino de Madrid. Suavemente vedadas aparecen en segundo plano la crisis económica española, el ritmo de una ciudad que sigue siendo un oasis, la multiculturalidad propia de las grandes ciudades europeas, y la forma de ser tan característica de los españoles. 

Aún así, el título no debe engañarnos: esta no es una novela rosa ni cursi. El propio protagonista es un soltero cuarentón que jamás se ha enamorado ni se ha comprometido con nada, pero que todo el tiempo reflexiona sobre distintos temas existenciales. Esa marea interna se adereza con la melancolía y soledad de Samuel, y le da al personaje un aura entrañable que nos hace sentir empatía inmediata. 

La tecnología también tiene su breve aparición en esta historia, detalle que me llamó la atención pues hasta ahora no había leído otra novela en la que se hiciera mención a las redes sociales. 

Aunque no es una novela perfecta, pues desde mi punto de vista, tiene algunos detallitos en el argumento pero nada que opaque la experiencia de sumergirse en este libro ameno y de fácil lectura. 

Insisto, su mayor virtud es pintarnos una extraordinaria historia de amor a partir de la imaginación de un hombre solitario. Léanlo, vale la pena, después de todo, cada uno de nosotros es en mayor o menor medida, inventores de nuestras propias historias de amor en los espacios de nuestra memoria.

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